domingo, 27 de mayo de 2012

El tesoro enterrado

Como estudiantes de Kabbalah, aprendemos que ir a la iglesia o al templo es a menudo un ritual malentendido. El propósito es que nunca nos limitemos a hacer acto de presencia y "rendir culto", sino que hagamos una conexión con la Luz para poder utilizarla en los días posteriores.
Hay una historia de un pobre hombre llamado Josef que vivió hace mucho tiempo en Jerusalén. Él necesitaba desesperadamente encontrar trabajo para sustentarse a sí mismo y a su familia. Una noche, Josef tuvo un sueño sobre un tesoro enterrado bajo el palacio de la ciudad de Vilna, en Lituania. Aunque Vilna estaba en el norte de Europa, a miles de millas de Jerusalén, Josef decidió ir allí para encontrar el tesoro.
El viaje le llevó meses. Cuando Josef llegó al palacio, fue inmediatamente confrontado por los guardas del rey. Josef tuvo la tentación de mentir acerca de los motivos de su largo viaje, pero decidió que decir la verdad era la mejor forma de actuar, puesto no que no había hecho nada malo.
Así pues, Josef le contó al capitán su sueño. Cuando el capitán escuchó a Josef, se rió. "Si hiciera caso a todos mis sueños, estaría en Jerusalén ahora mismo. Verás, ¡justo anoche tuve un sueño sobre un hombre que tenía un tesoro enterrado debajo de su casa!" A partir de la descripción de la casa que le dio el capitán, Josef se dio cuenta de que él era aquel hombre y el tesoro estaba debajo de su propia casa.
En ese momento Josef entendió el objetivo verdadero de su viaje: para saber, después de todo, dónde se encontraba el tesoro.
La lección de esta conocida historia es que el tesoro que buscamos está justo en nuestro propio jardín. Pero para mí, hay aun un significado más profundo en la comprensión de que "acudir a los servicios" nunca es el objetivo final, sino el medio para llegar a ese objetivo. Hacer el viaje no significa que hayamos acabado el trabajo. La clave es lo que sucede después. Como le ocurre a Josef en esta historia, debemos regresar a nuestra vida, a nuestro hogar, y tomar acción allí con la Luz que hemos recibido.
Para encontrar los infinitos tesoros que nos pertenecen, no se trata simplemente de conectar con la Luz, sino de qué hacemos con ello.

2 comentarios:

  1. El mayor tesoro que cada uno de nosotros tenemos, radica en nuestro potencial interior, que debemos ir alimentando y puliendo para poder seguir andando en la senda de la búsqueda personal que nos haga sentir que estamos cada vez más cerca de la luz del conocimiento universal.

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  2. tienes mucha razón pero...Cuanto cuesta!!!

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