viernes, 17 de febrero de 2012

Reflexiones

La independencia

Antes que nada el ser humano, sea hombre o mujer, debe encontrar una forma de sobrevivir, una manera de alimentarse, de obtener cobijo y de relacionarse.

Como casi todos los animales mamíferos nacemos siendo dependientes de nuestros padres hasta un cierto momento o edad y más tarde o temprano hemos de ser independientes para cubrir nuestras necesidades tanto físicas como psicológicas.

No hay escusa para que un ser humano intente ser independiente hasta donde sus posibilidades lo permitan. He conocido personas con grandes discapacidades físicas y psicológicas hacer todo lo posible por trabajar, por ayudar a su manutención y cuidado e incluso por convertirse en competidores paraolímpicos.

Nadie debería buscar su independencia o su seguridad a través de otras personas pues eso sería muy infantil y al final pasaría que la otra persona acabaría explotándote y siendo tu verdadera inseguridad.

Cuantas parejas se forman por el interés o la conveniencia de ambos en el terreno económico o sexual y acaban en conflicto cuando esos intereses cambian.

No podemos aspirar a tener relaciones que nos soluciones nuestras carencias económicas o afectivas. Necesitamos relaciones que nos animen a ser independientes, con las que compartir y crecer humanamente.

Buscar nuestra independencia económica es algo muy importante porque no solo se trata de buscarnos la vida sino de encontrar una actividad que a la vez sea ética y moralmente aceptable por uno mismo, pues de lo contrario el precio que pagaríamos por sobrevivir sería demasiado alto. Seamos creativos y encontremos una forma de vivir coherente y en armonía con los seres humanos y con el entorno.

Esta crisis actual que ahora se refleja con un mayor número de parados, con una cantidad enorme de embargos, con pérdida de derechos labores y de ayudas sociales es una crisis burguesa donde cada uno ha aportado su grano de arena con esa forma de vivir donde todo el mundo quería hacerse rico en el menor tiempo posible.

Necesitamos una sociedad basada en la conciencia de ser y en el gozo de vivir en lugar de toda esa vulgar conciencia de tener y en el placer de lograr.

¿Hasta qué punto el ser humano es dependiente de la sociedad en la que vive? Es obvio que dependemos de las leyes, del panadero y del mecánico, del trabajo, pero todo ello no representa nada frente a la dependencia psicológica que mantenemos.

Dependemos psicológicamente cuando nos identificamos con grupos o ideas, cuando consumimos guiados por la propaganda y no por la necesidad, cuando queremos mantener una imagen social, cuando compramos el periódico todas las mañanas, cuando opinamos al respecto de los nombramientos políticos o de los partidos de futbol.

Ser independiente psicológicamente supone pensar de una forma libre no sujeta a ideas fijas, guiarse por lo que uno mismo percibe, cuestionar las normas y los hábitos que hacen del ser humano algo mecánico y autómata, ser sensible al sufrimiento y a la ignorancia, y en definitiva sentirse más cercano al ser humano y a la naturaleza sin necesidad de rezar con nadie o de estar en medio de una multitud.

Solo en la independencia puede haber ese sentimiento de libertad que conduce al amor y a un gozo inmenso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si consideras que te ha gustado o simplemente no te gusta lo que esta aquí escrito házmelo saber, me ayudara a superarme.