sábado, 31 de diciembre de 2011

El Trono de los cielos

Dios Dijo:
Amantísimos Amados. Húrtenme del Cielo. Asegúrenme en vuestros corazones. Atesórenme allí. Sepan que Yo resido muy profundo al interior de vuestros corazones.
Ustedes me albergan en el corazón. Yo, el Abrigador vuestro, soy abrigado en vuestro corazón. Es Mi lugar de reposo. Vuestro corazón es la hamaca sobre la cual me balanceo. Todo fluye placentera y gozosamente conmigo.
¿Me sienten dentro del corazón? Yo no soy pesado. No tengo peso alguno. Soy más liviano que el aire. Mi tarea al interior de vuestro corazón es la de elevarlos y que ustedes deseen elevarse por sí mismos. Elévense a sí mimos. Eleven el mundo.
Sé un morador en el Cielo del mismo modo que Yo moro en tu corazón.
Mientras lees el Libro de tu Vida, te sientas conmigo bajo la sombra de una palmera. Vas pasando las páginas. Es posible que encuentres alguna parodia en su contenido. Busca refugio en Mí, sin importar la furia, Tú y Yo, sentados bajo el cobijo del amor de la palmera. No importa que soplen fuertes ráfagas. Tú y Yo somos Uno bajo la palmera.
No importa con que rapidez sople el viento. No hay una página que falte. A una le sigue la otra. Tú no conoces el giro que tomará el Libro de tu Vidas. Pasa, sigue pasando las páginas de tu libro.
Lean una página o un capítulo cada uno de los días.
Cada noche, mientras vas a dormir e, incluso, en sueños, la saga continúa. Mientras duermen, ustedes rumian la página en la que quedaron o se cuestionan acerca de la página del mañana. También se intrigan por saber el final de la historia aunque no haya forma de saltearse para conocer el desenlace.
Naturalmente, no existe una última página en el Verdadero Libro de la Vida. No existe un final. Ustedes son perpetuos. ¡Nunca hay un final destinado para ustedes! Ustedes viven en un continuum donde tampoco es posible un punto de partida. Indiferentemente de qué tan limitada pueda ser vuestra presente visión, no hay un verdadero deseo de salirse de esta magnífica aventura, de esta animosidad alboroza, de esta hermosa luz brillando en el infinito. Existe un ¡Oh! de maravilla y anticipación en vuestros corazones. ¡Cuántas maravillas aguardarán ahí para ser contempladas! Naturalmente, el asombro subyace fuera del tiempo, es eterno, eterno como ustedes, eterno como Yo.
No existe un agotamiento del hecho que tú y Yo estemos reunidos en tu conciencia. Es inevitable que un día, abras los ojos y puedas ver. Ustedes ya están empezando a ver. Pronto, verán integralmente. Verán la verdad manifiesta. Verán el relativo lado a lado, aunque sus ojos nunca se desvíen del Show Principal. Y así, podrán fundirse en amor y romper todas las barreras. Cualquier imaginario limita lo que hayan sostenido. Estas limitaciones se romperán y podrán salirse de la caldera del mundo y desplazarse hacia aquel claro azul. Descubrirán que solo fue una visión lejana ni siquiera una pisada, ni siquiera una revelación sino una realización. Ustedes han bloqueado esta realización. La han saboteado. La desean tan fervorosamente que hasta se mofan de ella por miedo a sufrir desengaños. Son ustedes quienes se han desilusionado a sí mismos. Fijen sus propios destinos a partir de ahora. ¿A qué tienen que esperar?
¡Vengan a Mí ahora! No sigan el juego difícil para lograrlo. Yo soy asequible. Yo aguardo a que ustedes tomen posiciones abiertas. Abran vuestro corazón para Mí. Vean con vuestro corazón. Acompáñenme así como Yo los acompaño. Entren a mi Reino. Sírvanse tomar asiento en el Trono de los Cielos conmigo.

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