domingo, 9 de octubre de 2011

Peregrinaje interior(2)

El que és paciente, cultiva cuidadosamente su jardin interior en el momento preciso y deja que el tiempo trabaje para el. Su paciencia es activa, porque mientras espera la recolección, presta buen cuidado a que las malas hierbas no invadan y ahoguen lo que comienza a nacer,  y empieza a pensar en lo que hará con la cosecha.
Frecuentemente olvidamos que el tiempo es algo neutro en su acción al servicio del hombre.
Sólo trabaja para nosotros si le dejamos actuar sobre las condiciones positivas y constructivas que nosotros mismos mantenemos y establecemos.
Si no sembramos nada, o si sembramos sin cuidar lo que hemos sembrado, el tiempo pasa igual, pero en lugar de trabajar para el grano, lo hace para la cizaña.
El peregrino Rosacruz puede pararse en el camino para descansar un poco, pero si lo hace con demasiada frecuencia y de forma prolongada para satisfacer su indolencia, pierde un tiempo precioso. Y sea consciente de ello o nó, este tiempo perdido actua contra él y no a su favor.
Por este motivo, es absolutamente necesario que ponga sobre sus hombros el manto de la paciencia y que camine con constancia, prestando mas atención al camino recorrido que al que queda por recorrer.
No puede ni debe quemar las etapas de su peregrinaje a causa de la impaciencia, pues no se puede alcanzar la cima de la montaña antes de haber comenzado el ascenso, al igual que no se puede llegar a las puertas de Jerusalén sin haber puesto el pie en Tierra Santa.

1 comentario:

  1. Muy, muy interesante, al igual que todas las cosas, el campo de la paciancia, requiere de unos cuidados, vigilancia y cultivos apropiados, para que no se marchite.
    Me ha gustado, muy hermoso.
    Gracias mi duendecillo.
    Abrazotes grandes.

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