martes, 3 de mayo de 2011

Nutrición y dieta




"La dieta mediterranea reduce la actividad inflamatoria de la artritis ayudando a los pacientes a incrementar la actividad física, mejorar su vitalidad y calidad de vida".
Estas son las conclusiones de estudio de un grupo de investigadores, liderados por Kalmar County, de la universidad de Umea en Suecia. A dos grupos de pacientes infectados por la enfermedad, aplicaron, a modo de tratamiento, la dieta mediterránea o una dieta típica occidental. Para valorar los resultados clínicos se midió el índice de la actividad de la artritis reumatoide, el índice de la función física, el índice de la calidad de vida y el índice del consumo diario de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos.
Después de 3 meses de observación, los participantes que habían seguido la dieta mediterránea perdieron peso, sus niveles de colesterol descendieron y aquejaban menos dolor articular comparados con el grupo control, que siguió la dieta occidental.
Las claves residen en los ácidos grasos tanto del aceite de oliva como del pescado y la gran cantidad de vitaminas, minerales, y fotoquímicos antioxidantes aportados por las cinco raciones diarias recomendadas de frutas y verduras.

Antioxidantes protectores: La asociación entre vitaminas y minerales antioxidantes(provenientes de alimentos o de suplementos) y el riesgo de artritis reumatoide, ha sido evaluada en estudios prospectivos con interesantes resultados. Se ha comprobado que grandes ingestas de vitaminas C o la suplementación con la vitamina E (ambas antioxidantes) están inversamente relacionadas con la enfermedad, es decir, a más vitaminas, menos riesgo.
Tambien se da una relación inversa con la betacriptoxantina, un carotenoide presente en las frutas cítricas.
El cobre, zinc, y magneso son minerales a los que se les ha atribuido efectos positivos sobre la artritis, pero los investigadores de los EE:UU. solo han encontrado una disminución de riesgo con el aumento de consumo de zinc, sobre todo en forma de suplemento. Su conclusión es que la ingesta de cítricos ricos en beta-criptoxantina y suplementos de zinc y el incremento en la alimentación de frutas y verduras ricas en antioxidantes, pueda considerarse como un factor protector contra el desarrollo de la artritis reumatoide.

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