jueves, 7 de abril de 2011

Reflexiones:" La oración "


La oración es el diálogo del corazón, y esto es algo que tendemos a olvidar. Su importancia está más en el fondo que en las formas de las palabras utilizadas, tanto orales como mentales. Las frases hechas y reptidas maquinalmente no tienen mayor impacto místico que la lección perfectamente recitada por un alumno que no ha comprendido su sentido.
Cuando oramos es la voz del alma la que se expresa y no la de la razón. Una palabra puede ser suficiente si lleva en ella una emoción que no podria expresarse con millones de palabras.
El único lenguaje que el Maestro Interno oye y comprende es precisamente la oración. Añadiría incluso, que es su propio lenguaje, puesto que es él que nos envía el impulso que nos empuja a orar, lo cual significa que cada vez que no respondemos a ese impulso, nos estamos privando de una comunión íntima con él.
Cada ser humano debe definir su propio método de orar, pues no todos responden a los mismos impulsos.
¿Por qué debemos orar? La respuesta a esta pregunta puede resumirse en tres palabras: agradecer, confesar, pedir.
Orar como agradecimiento equivale a expresar al Cósmico nuestra gratitud por las alegrias que nos permite vivir diariamente, y tambien, por las que concede a otros. Confesar, equivale a contar la pena que sentimos por nuestros errores en pensamientos, palabras, o actos. Finalmente, lo que debemos pedir a Dios, dia a dia, en la oración, es la fuerza para vivir en paz con nosotros mismos y para llegar a ser un instrumento de paz para el bienestar de los demás.
Lo que las religiones actuales llaman, "acto de gracia", "acto de contricción", o "acto de intersección", se corresponde, de hecho, con los procesos místicos que empleaban diariamente los iniciados de la Antiguedad y que fueron utilizados por todos los adeptos de la espiritualidad mucho antes de que se convirtieran en ritos puramente religiosos.
La diferencia fundamenteal entre el uso religioso y la aplicación mística es que, en el primer caso, están dirigidos hacia una divinidad exterior a la que se espera acceder por medio de súplicas a los santos o entidades mediadoras, mientras que en el segundo, corresponde a un diálogo directo entre la persona y su Maestro interno, que no es otro que el propioDios en el Templo de cada hombre.
F.R.C

1 comentario:

  1. Agradecer, confesar, pedir.
    Exactamente, los trés ingredientes principales.
    No solo pedir, saber pedir, no lo que queremos, lo que necesitamos, en conversación con un amigo, hablamos, confesamos nuestros sentimientos, pedimos su ayuda y consejo, y se lo agradecemos.
    En la energia universal están todas sus partículas de luz, con quien nos comunicamos cada vez que oramos.
    Orar es estar en común-unión con el amigo.
    Mi duendecillo, una maravilla de entrada, T.Q.M
    Abrazotes grandes.
    Ambar.

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